Poserótica – Elizabeth Duval
15,90 €
POSERÓTICA
Elizabeth Duval
Colección Letra Bastarda, 26
Fecha lanzamiento 27 de septiembre de 2023
Formato 220mm x 125mm
240 páginas – rústica
ISBN 978-84-122766-8-8
PVP: 15,90€
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Es un poema de amor si el lenguaje lo permitiera, si la persona que ama y escribe pudiera salirse de su espantosa manía de la exégesis; pero el mundo, que suena con su murmullo atiborrante de significados, anda disparando consignas y la contradicción consciente de estar y de ponerse frente al mundo se suple con la teatralidad, con el arte de vivir por encima del abismo, con volver a recuperar ese sencillo lenguaje en el intento de besarse. Elizabeth Duval nos da esa interpretación que surge en el instante mismo de ser consciente de querer con todo su aparataje, con todas sus contradicciones, porque la irreverencia también forma parte de los cuerpos que se reconocen, se hacen frágiles en el uno, se encuentran y empiezan a musitarse la línea delicada de atraer-retroceder ante el abismo. Quien lo probó, lo sabe.
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Elizabeth Duval nació en Alcalá de Henares en el año 2000 y se licenció en Filosofía y Letras Modernas por la Sorbona de París. Ha publicado el poemario Excepción (2020), las novelas Reina (2020) y Madrid será la tumba (2021), y los ensayos Después de lo trans (2021) y Melancolía (2023). Fue portavoz de Feminismos, Igualdad y Derechos y Libertades LGTBI+ de Sumar en las elecciones generales de 2023. Es colaboradora habitual en medios de comunicación como eldiario.es, La Sexta, Público, El País, CTXT, y Playz de RTVE.
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Podríamos querernos en las palabras de los otros,
nos querríamos
de amor entre la madrugada. Pero no mueres.
Porque el amor es siempre deseo,
también, de inmortalidad; de ser algo más.
Y tú quieres. Tú quieres ser inmortal,
¿y por qué lo niegas?
¿De qué forma tú me amas si lo niegas?
¿Qué reacción provocaría
la recepción de mi mirada en tus ojos?
—ojos-al-pie-constante-del-cañón—
No son tan claros.
Desharía
uno a uno los nudos
que ha dejado el tiempo
en tu cuerpo, la gramática de la
memoria.
Si nos miráramos como se miran dos sujetos
de deseo, dos conciencias que se niegan
a la crueldad de objetivar al otro. Si yo te mirara
—quisiera hacer de ti un amor
que asesine el lenguaje de las palabras—
contemplando íntegramente la acción
de tu silencio, y tú me vieras,
no tendría dudas sobre cómo tú me amaras.
¿Y por qué lo niegas?
Cabe amarse como se ama a la muerte,
como se goza de los placeres efímeros. Buscar en ti,
y en tus labios, y en tu distancia un sentido
que en cualquier otra parte no encontramos.
